Trascendencia

Fue por casualidad que descubrió el verdadero alcance de su poder. Esa mañana, cansado ya de crear para otros tanto mundo fantástico —con extravagantes personajes que al final terminaba odiando por inconsistentes—, sintió la necesidad de cambiar inexcusablemente el sino de su existencia.

Entonces, abrió la ventana y dijo: «deshágase la luz»; y la ciudad quedó a oscuras como en la más común de las noches. «No más ese horrible firmamento y sus malditas estrellas», y todo lo que le rodeaba se desvaneció en el acto para dar paso a la nada… Allí quedó, eternamente complacido de reinventar su suerte.

Yusnel Fleites Martínez

Acerca de Estación claridad: vengo llegando

Abajo y a la izquierda
Esta entrada fue publicada en CUENTOS. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario